Si preguntáramos a los jugadores del Barcelona de baloncesto con qué grado de confianza, del 0 al 10, afrontan el próximo partido de la final, ¿saben qué número nos dirían? Yo tampoco, pero sospecho que no sería muy alto...
Y es que la mayoría de los deportistas cometen el mismo error en el momento de valorar la confianza en sus posibilidades: Creer que sólo depende de los resultados.
Es evidente que la mentalidad ganadora se consigue ganando. Aquello que más ayuda a los jugadores del Madrid a creer en sus posibilidades es haber ganado los dos partidos disputados hasta ahora. El historial de resultados conseguidos (no solamente el del último partido) debe formar parte de la ecuación de la confianza.
Otro factor que debe incluir la fórmula es el talento., la facilidad, la habilidad para desarrollar aquella actividad. Jugadores como Navarro, Basile, Kakiusis y Lakovic aportan una buena dosis de talento al equipo azulgrana. Cuando los resultados no sirven para creer en la victoria siempre queda confiar en el talento individual para resolver las situaciones más comprometidas. El talento, si se tiene, no se pierde, es para siempre. Los resultados varían. ¡Nadie gana siempre, ni Nadal!
Enunciemos el tercer factor de la fórmula de la confianza, el trabajo. Cuando digo trabajo me refiero a la preparación deportiva desarrollada en el transcurso de la temporada ya los entrenamientos realizados para afrontar el siguiente partido. César Luís Menotti, el Flaco, decía que no se debía llorar cuando se perdía, sino cuando se traicionaba el compromiso. El compromiso consiste en pagar todo el precio, en sacrificios, renuncias y esfuerzos, que cuesta aquello que queremos conseguir. Hacer los deberes te hace sentir más preparado para aprobar el examen.
Si los jugadores del Barça creen que la confianza solamente depende de los resultados, cuando les pidamos una puntuación para el partido del viernes, aprobaran justito. Si en la fórmula incluyen el talento, la nota subirá considerablemente. Si también cuentan con las correcciones que hayan podido introducir en su juego (después de estudiar los errores cometidos en los partidos disputados en Madrid) pueden llegar hasta el notable.
Dusko Ivanovic pide fe a sus jugadores. Yo les pediría que ampliaran la fórmula de la confianza. En psicología hay una regla de oro: Si no crees en tus posibilidades, no hace falta que lo intentes. Con fe o con la fórmula, deben salir a la pista convencidos de sus opciones. De lo contrario, si las cosas se complican durante el partido, difícilmente persistirán en el esfuerzo.
La suma de resultados, talento y trabajo persigue un solo objetivo: Eliminar las dudas sobre lo que tenemos que hacer durante el juego. Si no dispongo de una manera efectiva de hacer las cosas, no puedo confiar en que las haré bien. De hecho, la confianza, no es una cuestión de resultados, es una cuestión de conocimientos.
Hay otro tema que puede afectar a la confianza de los jugadores, el factor campo. Si por el hecho de jugar en el Palau, los jugadores del Madrid creen que va a ser más difícil ganar al Barça, entonces los azulgranas disponen de una ligera ventaja por el hecho de jugar en casa. Que jugar en casa afecte al rival, no depende del equipo local, está en función de la interpretación del visitante. Si los jugadores del Madrid solamente están pendientes de lo que deben hacer durante el juego, jugar fuera no les afectará. Si se fijan en el público, si sienten la presión del Palau, entonces los espectadores se convertirán en jugador más.
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